Desde el Centro Tecnológico de Construcción de ACCIONA se ha planteado la necesidad de la optimización del aprovechamiento de los suelos presentes en la traza de las infraestructuras construidas por la compañía.
En la construcción de obras lineales como carreteras o ferrocarriles destaca el gran volumen de terreno que ha de movilizarse para compensar zonas con excavaciones y zonas construidas con material de relleno y, así, realizar una explanada con una capacidad de soporte suficiente para construir sobre ella.
En la mayoría de los casos, las obras son deficitarias en tierras por haber desechado el material que inicialmente se encontraba bajo el trazado de la infraestructura, al no cumplir con las características técnicas o constructivas necesarias. Esto implica la necesidad de gestionar ese suelo considerándolo como un residuo y la aportación de material competente proveniente de cantera, con los consecuentes costes de transporte y tasas de vertido y/o préstamo.
Las características técnicas por las que un suelo podría considerarse no apto para su empleo son muy diversas, como, por ejemplo, excesos de plasticidad, colapsabilidad, potencial de hinchamiento, contenidos no aceptables de materia orgánica o sales, etc.
Desde el Centro Tecnológico de Construcción de ACCIONA se ha planteado la necesidad de la optimización del aprovechamiento de los suelos presentes en la traza de las infraestructuras construidas por la compañía. Algunos de estos suelos son los que se conocen como mejorados y estabilizados, entendiéndose por ellos los suelos en los que sí se plantea una remediación para su empleo por capas compactadas en construcción de terraplenes. Son suelos que no se consideran inadecuados en su estado natural pero que pudieran ser problemáticos durante la fase de explotación por su dudosa estabilidad volumétrica, susceptibilidad al agua, capacidad de soporte y resistencia, o que, aun siendo un suelo competente, simplemente requieren aumentar su módulo elástico para abordar una correcta transición de rigideces entre las capas de materiales que forman la infraestructura lineal. Los suelos mejorados son materiales que pueden seguirse calificando como suelos con menor sensibilidad a la acción del agua y con mayor capacidad de soporte que los suelos de partida. Se busca sobre todo modificar las características a corto plazo. Con los suelos estabilizados se persigue fundamentalmente aumentar notablemente la capacidad de soporte, disminuir la sensibilidad frente al agua y otras condiciones medioambientales desfavorables y convertir al material suelto de partida en otro más rígido, dotado de una cierta resistencia mecánica. Actualmente para mejorar o estabilizar un terreno, clasificado a grandes rasgos, se aditiva cemento sobre los suelos granulares y cal sobre los suelos plásticos.
Sin duda, una actuación de éxito en la reutilización de estos materiales tendría un gran impacto medioambiental pero también económico gracias a la reducción de las tasas de vertido o distancias de transporte, apertura de nuevas canteras, emisiones contaminantes a la atmósfera, etc.