Actuaciones ecourbanas encaminadas a la neutralidad climática
La nueva estrategia de adaptación al cambio climático de la UE, acordada en 2021, orienta las recomendaciones para la creación de una sociedad resiliente a los nuevos retos ambientales.
El objetivo último es alcanzar la neutralidad climática en 2050, y para ello se definen una serie de líneas de actuación que promueven esta transición hacia las emisiones cero.
Dentro del conjunto de medidas previstas, encontramos en un lugar relevante, el impulso y la apuesta por las soluciones basadas en la naturaleza, (que contribuyen al desarrollo de la resiliencia urbana frente a las nuevas condiciones climáticas), y la protección de los ecosistemas y la biodiversidad.
En este sentido, el objetivo de protección y restauración de la biodiversidad, es la piedra angular de las políticas de protección de la naturaleza de la UE, y un elemento clave del Pacto Verde Europeo. Estos objetivos adquieren su mayor protagonismo al centrarnos en el entorno urbano, donde la presencia de vegetación ha perdido protagonismo frente a los elementos construidos, muchos de ellos responsables de fenómenos tan negativos como el efecto isla de calor. Y en este marco actual, de concienciación y puesta en marcha de políticas europeas que promueven el reverdecimiento de la ciudad para mejorar su capacidad de enfrentar los nuevos retos climáticos y ambientales, es donde se ubica la construcción de los jardines verticales en los muros laterales de la M30, promovida por el Ayuntamiento de Madrid.
Estos sistemas vegetales, lejos de ser meros elementos de mejora paisajística, se conciben como auténticas infraestructuras verdes de carácter urbano. Desde su diseño inicial, el objeto de la actuación ha perseguido la obtención del mayor impacto ambiental positivo, tanto
desde el punto de vista de la mejora de la calidad del aire, (mediante fijación de contaminantes y gases de efecto invernadero), como desde el apoyo a la mejora y protección de la biodiversidad. La actuación, con más de 3.279 m2 de ajardinamiento, se convierte en un mini corredor verde de conexión intraurbana que, dada su escala y magnitud, se sitúa 657 m2 por encima del jardín vertical más grande del mundo registrado en el Libro Guinness de los Récords actualmente, ubicado en la ciudad de Kaohsiung (Taiwan).
Como indicábamos al inicio, este proyecto se alinea perfectamente con las nuevas normas de la UE que persiguen el aumento de los espacios y zonas verdes en las ciudades, incrementando la ratio de m2 de zona verde por habitante.
No obstante, este proyecto supone una innovación urbana en cuanto a la inclusión de vegetación en un entorno hostil y complejo, de difícil acceso, y su impacto no se centra exclusivamente en la mejora de la calidad ambiental, ya que también supone un apoyo a la mejora de la biodiversidad, la mejora acústica del entorno y por supuesto la mejora paisajística del entorno. De hecho, son numerosos los comentarios positivos en redes sociales, de ciudadanos que disfrutan de este nuevo oasis urbano, lo que demuestra el impacto real a nivel social que este tipo de proyectos permiten alcanzar.
La apuesta responsable por la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, concebidas para obtener un impacto medible y real, se traduce en los ensayos de medición mediante sensores medioambientales que monitorizan, desde el inicio de la instalación, la influencia de los jardines verticales y las especies cultivadas, en la mejora de la calidad del aire. Estos sensores analizan y cuantifican las concentraciones de partículas y gases contaminantes presentes en el entorno de la autovía, con idea de poder obtener resultados replicables en las posteriores fases de desarrollo de esta propuesta de escala metropolitana.
La creación de un urbanismo conectado a la naturaleza, constituye una apuesta clara por la implementación de un desarrollo urbano sostenible, que mejora la resiliencia de las ciudades en su capacidad de respuesta al cambio climático y se alinea directamente con el objetivo 11 de Desarrollo Sostenible, de la ONU de Ciudades y comunidades sostenibles.
Por último, gracias al incremento de las superficies captadoras y fijadoras de CO2 y Gases de efecto invernadero (GEI), los jardines verticales de la M30, influyen positivamente en la limitación del calentamiento global, constituyendo una estrategia urbana alineada con los objetivos definidos en el ODS nº 13 de la ONU, Acción por el clima.