Emilio Prous, colegiado 33600
El Grupo de Trabajo de Colegiados Jóvenes entre las distintas actividades que propone o con las que participa ha preparado está colaboración para el blog del colegiado de Caminos Madrid. A través de la misma podemos conocer un poco más de uno de nuestros colegiados.
- ¿Qué te llevó a elegir la ingeniería de caminos como profesión?
Cuando estaba en el colegio tenía claro que quería estudiar una ingeniería, pero me decantaba entre Caminos e Industriales. Bachillerato lo estudié entre 2008 y 2010, es decir, casi al final de una de las épocas con más desarrollo de infraestructuras en España, especialmente en Madrid. Recuerdo que las opciones de transporte con las que solía ir a clase estaban en obras, tenía nuevos túneles en coche y reformas en los intercambiadores de transporte público… Habitualmente me paraba a ver qué estaban haciendo, especialmente entender cómo iban canalizando los tráficos y el por qué de esas nuevas infraestructuras. O por ejemplo, en viajes largos por España, veía que teníamos nuevas opciones de autopistas o que se estaban abriendo líneas de AVE y dejábamos el coche en casa.
Recuerdo preguntar en mi familia, quiénes eran los ingenieros que se encargan del diseño del transporte y las obras, y a raíz de esa curiosidad entré en Caminos. La verdad que tampoco me lo pensé mucho, de hecho, hasta que llegué a la Escuela, no sabía que las estructuras eran competencia de los Ingenieros de Caminos, y de su importancia durante la carrera y para la profesión.
- ¿Cómo iniciaste tu carrera en este campo?
Tanto en el Grado como en el Máster me especialicé en transportes, y en el verano entre primero y segundo de Máster comencé unas prácticas en Transyt (Departamento de Transportes de la Escuela), que pude extender durante el curso siguiente. En ese momento compaginaba las clases con Transyt, más el curso de jefe de obra de Ferrovial y una formación en empresas que se daba en la Fundación Agustín de Betancourt. Por lo que todo esto me permitió tener un pequeño ejemplo de posibles opciones futuras, bien optar por el sector consultoría, construcción o investigación-docencia. Unos meses antes de terminar el Máster entré en la consultora IDOM, para trabajar en el departamento de Ferrocarriles, en el ámbito de la operación ferroviaria y análisis financiero de los proyectos.
Los primeros meses estuve de becario, y en cuanto terminó el curso comencé como Ingeniero Junior en la empresa. En IDOM me trataron muy bien, estuve tres años que me permitieron aprender a «trabajar». En la carrera aprendemos muchos conocimientos técnicos, pero salimos muy verdes en lo relacionado a entender cómo funciona una empresa, estar en reuniones, enfrentarte a socios, aspectos comerciales, ofertas… y en IDOM la exposición a estos puntos fue desde el primer día y con bastante responsabilidad para ello. Aspecto que siempre agradeceré.
- ¿Cómo ha sido tu evolución en la profesión? ¿A qué te dedicas actualmente?
Estuve en IDOM tres años, participando en proyectos ferroviarios tanto nacionales como internacionales. Posteriormente me cambié a INECO, donde continué en el ámbito de la consultoría, pero abierto a todo el sector transportes, aunque el proyecto en el que más estuve involucrado y más recuerdo positivo tengo por mi implicación y relevancia es la Conexión de Alta Velocidad con el Aeropuerto de Barajas.
En 2021, di un pequeño giro y comencé a trabajar en ALG (INDRA). Seguí ligado al sector transportes, pero en este caso en proyectos de consultoría de gestión, due diligence, mejora de operaciones y servicios en infraestructuras… es decir desde un punto de vista más del negocio y la estrategia.
Y desde finales de 2022 coordino el Madrid Green Urban Mobility Lab, una asociación de empresas vinculadas al sector del transporte, movilidad y logística. Actualmente están asociadas más de 45 empresas, todas ellas ampliamente reconocidas en el sector y con muchos compañeros de caminos trabajando en ellas. El ecosistema lo forman constructoras, consultoras, energéticas, tecnólogos, operadores de transporte y logísticos… y lo que buscamos es generar e impulsar nuevos proyectos sostenibles en el ámbito de la movilidad, especialmente en la ciudad de Madrid.
- ¿Cuál crees que es el papel de los jóvenes en la ingeniería de caminos? ¿Cómo es la colaboración con ingenieros más experimentados?
Creo que los jóvenes aportamos ilusión, ganas y un mayor conocimiento de las nuevas tecnologías, o al menos llevamos más interiorizado su uso con respecto a otras generaciones de ingenieros. Todo esto ayuda a fomentar la innovación y buscar soluciones a los problemas de una manera diferente a como se venía haciendo. Esto ocurre en todas las profesiones, pero creo que en especial medida en la Ingeniería de Caminos.
Referido al uso de las tecnologías, en alguna formación que he participado, se ha dado el caso en que los más jóvenes entendíamos antes el programa y lo poníamos en práctica con mayor facilidad. Esto permite a las empresas optimizar sus procesos y potenciar la contratación de perfiles jóvenes.
Y aunque parezca una contradicción también favorece en la colaboración con ingenieros más experimentados. Al fin y al cabo, ellos cuentan con la experiencia y son capaces de enfrentarse y entender más rápidamente los problemas, si se le suma la capacidad de análisis que aporta un perfil más junior con la ayuda de la tecnología, permite una mayor sinergia. En mi caso personal nunca he tenido ningún problema de colaboración con personas más senior, al revés, siempre han apostado por trabajar conmigo, con ganas de enseñarme y a la vez aprender de mis propuestas o ideas. En este sentido considero que es importante que en los equipos haya perfiles de todo tipo, esto ayuda al resultado final.
- ¿Alguna vez has vivido alguna situación en la que sintieras que te tratan diferente a otros ingenieros por ser joven?
Desde un punto de vista negativo, no me ha ocurrido. De manera positiva si, por ejemplo, en casos en los que los compañeros ven que tienes más ganas de aportar ideas, ponerte con temas que quizás tienen menos interés para otras personas más senior. Por ejemplo, en equipos en los que hay expertos en una determinada especialidad, y es necesario adaptarse a un tema nuevo, es más habitual que lo haga el joven por su capacidad de adaptación al aprendizaje.
- ¿Qué consejos darías a los estudiantes interesados en ingresar al campo de la ingeniería de caminos, y qué habilidades son esenciales para tener éxito en esta profesión?
En mi opinión, el sector tiene muchas más posibilidades de las que uno se plantea al inicio de la carrera o cuando elige estudiarla. Creo que es bueno durante los años de la carrera estar abierto a todas las salidas que ofrece la ingeniería de caminos, no solo pensando que uno se pueda dedicar a diseñar, construir o explotar unas infraestructuras, si no también todos los proyectos que surgen en torno a ellas.
Por ello, les recomendaría que durante los años de la Escuela no pongan sus esfuerzos solo en el aspecto académico (ya es mucho decir), si no también dedicar un tiempo a ir a charlas del sector, conocer empresas o compañeros que ya estén trabajando, mejorar las competencias transversales, participar de las asociaciones de la Escuela que fomenten el desarrollo profesional… en definitiva practicar en una pequeña escala de lo que va a venir después.
- Durante estos años, ¿Qué te ha aportado el Colegio de Caminos? ¿Por qué recomiendas a la gente estar colegiado?
Mi vinculación al Colegio empieza antes de haber acabado la carrera. Yo era el delegado de mi curso y me citó el decano de la Demarcación de Madrid, en aquel momento Miguel Ángel Carrillo para ayudarle a fomentar la participación en el Colegio de los que terminábamos ese año. Desde ese momento entré a participar en la Comisión de jóvenes, así como de los distintos eventos que se desarrollaban en el Colegio.
Recuerdo un Curso de Experto Ferroviario que me invitó a hacer IDOM durante 4 meses, que me permitió conocer a los principales expertos del sector, así como networking con el resto de los compañeros. En el Colegio hay constantemente cursos a los que muchas veces no prestamos mucha atención, y son muy interesantes tanto en precio como en calidad de la docencia.
Actualmente, tras un tiempo un poco más desenganchado, he retomado una participación más activa. Además de distintas charlas que ha habido este año, así como la Comisión de jóvenes, he estado en un par de colegios difundiendo la profesión del Ingeniero de Caminos a los alumnos. Aunque parezca algo simple, la experiencia es muy interesante porque te ayuda a poner en valor lo que uno ha estudiado y a lo que se dedica al poder transmitírselo al resto. Más teniendo en cuenta que en una profesión la mayor parte de los proyectos son de servicio público.
- Viendo todo lo que has hecho ¿Si tuvieses que dar un consejo a tu yo del pasado cuál sería?
Si pudiera volver a mi primer día en la Escuela de Caminos, me propondría aprender más cosas durante la carrera. Es decir, aprovechar más las clases, no estando tan enfocado en aprobar, si no intentar llevarme más conocimiento a futuro. Pero, sobre todo, y eso quizás es culpa del propio plan de formación, poner menos el foco o interés en temas más técnicos o de cálculo, y aprovechar más en aprender aspectos de ámbito general, por los que prácticamente todos vamos a tener que pasar profesionalmente, independientemente de la especialidad de cada uno.
A modo de ejemplos, entender bien cuál es el proceso de una licitación pública, fases, agentes que participan, documentación…; o tener más claro diferencias entre un Estudio Informativo y un Proyecto Básico o Constructivo…; o conceptos más de negocio, como el tipo de empresas del sector, los tipos de especialistas que hay o incluso las Administraciones/Empresas públicas que licitan proyectos.
Además, el pasado 18 de abril, Emilio fue reconocido en los Premios Caminos Madrid como ICCP joven. En el siguiente enlace puedes ver la gala de premios y conocer más detalles que valoro el jurado de los premios.