Alborouj Cultural Hub. El Cairo, Egipto, 2018
Un diseño complejo que combina forma y comportamiento estructural
El Alborouj Cultural Hub se inauguró el 11 de octubre de 2018 con un multitudinario concierto público. Se trata de un hito en la transformación y desarrollo de Alborouj, una nueva zona de expansión residencial en El Cairo (Egipto). Con el objetivo de promover eventos culturales, tiene una capacidad de 7.000 personas de pie o 2.500 personas sentadas, y constituye uno de los principales equipamientos públicos del área, foco de atracción, representación y símbolo del nuevo Cairo.
El proyecto, resultado de un concurso internacional, es obra de Sancho Madridejos Architecture Office (Juan Carlos Sancho, Sol Madridejos) y Bernabeu Ingenieros, en colaboración con los ingenieros y constructores locales Cosmos Engineering y Hassan Allam.
El Alborouj Cultural Hub es una estructura abierta que cubre un escenario exterior, con unas dimensiones de aproximadamente 12 m de ancho y 8 m de alto, sirve de soporte para el equipamiento de iluminación y sonido, y ofrece una imagen icónica al emplazamiento cultural.
A pesar de su complejidad geométrica, aparentemente aleatoria, la configuración geométrica y estructural sigue una lógica basada en el comportamiento por forma de la estructura, el control a pandeo de los elementos y la legibilidad y simplicidad de las uniones. La geometría está formada por una doble piel que sigue unas formas esférica (piel interior) y toroidal (piel exterior), con grandes aperturas tanto superior como en el frente del escenario. Esta doble piel define la imagen exterior del volumen, y conforma el espacio del escenario. Sirve así mismo de soporte del plano abierto de cubierta, que combina a su vez dos geometrías diferentes, elíptica en el perímetro exterior de la cubierta y circular en el anillo interior. La geometría adoptada garantiza el comportamiento por forma de la estructura, de manera que los esfuerzos son predominantemente axiles, limitando los esfuerzos de flexión, a fin de asegurar un eficiente comportamiento estructural y permitir adoptar un dimensionado mínimo de los elementos.
Una vez establecida la forma, el reto consintió en definir una retícula estructural que permitiera, con elementos de pequeño tamaño, controlar los efectos de inestabilidad y pandeo. Se adoptó una retícula triangulada de 1,2m, que permitía adaptarse con flexibilidad a la geometría de las dos pieles estructurales – esférica interior y toroidal exterior-, junto con un sistema de diagonales que conectan ambas pieles entre sí, evitando el pandeo de las superficies. Por otra parte, la estructura de cubierta está formada por una celosía triangulada espacial de gran rigidez, que da forma al anillo circular interior y sirve de soporte, mediante una serie de triangulaciones radiales, a una celosía tipo Vierendeel que conforma el perímetro exterior elíptico de la cubierta.
A partir de esta retícula estructural, de gran complejidad geométrica pero que se adapta de forma natural y flexible a los distintos volúmenes, se definió el tipo y dimensión de los distintos elementos, con el objetivo de que tuvieran una presencia mínima. Se debía tener así mismo en cuenta la complejidad de los nudos de conexión, que llegan a conectar hasta nueve elementos distintos. Los perfiles adoptados son perfiles en X, formados por una pletina principal y una pletina secundaria, de espesores de 10 a 20 mm. Las pletinas principales garantizan la transferencia de esfuerzos en los nudos de conexión, mientras que las pletinas secundarias, cuya función estructural es aumentar la rigidez de los elementos y evitar el pandeo, se interrumpen antes de llegar a los nudos. De esta manera, los nudos de conexión únicamente deben garantizar la continuidad de las pletinas principales, simplificando enormemente su diseño, que se resuelve conectando mediante soldadura unas pletinas con otras, con ayuda de pequeños rigidizadores de conexión. El resultado son unos nudos sencillos y delicados que contribuyen a la precisión y legibilidad de la estructura.
En función de los esfuerzos a los que están sometidos los distintos elementos se definieron nueve tipos distintos de elementos, variando su dimensión de 60×60 a 120×140, de manera que en cada caso se ajusta su dimensión al nivel de esfuerzos que debe soportar. Así mismo, en las zonas donde se abre el volumen en el frente del escenario, donde se concentran importantes esfuerzos por el apoyo de la gran celosía espacial de cubierta, se optó por duplicar localmente la retícula estructural, permitiendo así mantener el dimensionado de los elementos considerado.
A pesar de su reducido tamaño, el Alborouj Cultural Hub ha tenido gran repercusión por su singularidad geométrica y estructural, y fue seleccionada para formar parte de la exposición “The bones of architecture”, en el Centro Cultural de Belém, Lisboa (junio – septiembre 2019), que explora el papel y el potencial de la estructura en el desarrollo de la arquitectura contemporánea.